miércoles, 28 de mayo de 2008

¿Qué va a ser de Hillary?

POR P. RODRÍGUEZ CORRESPONSAL. WASHINGTON
Si estos días, efectivamente, constituyen la recta final de la era Clinton en la política de Estados Unidos, no se trata de un epílogo silencioso, fácil o incluso previsible. Ante las crecientes posibilidades de que Barack Obama esté en condiciones a partir de la semana que viene de reclamar la nominación presidencial del Partido Demócrata, el futuro político de Hillary Clinton empieza a convertirse en la pregunta del millón de dólares para el Partido Demócrata. Entre opciones que abarcan un difícil retorno al Senado, volver a la carga a partir del 2012 o recibir el gran premio de consolación de ser candidata a vicepresidente.

La posibilidad de convertir a la ex primera dama en «número dos» de Obama estaría siendo impulsada directamente por Bill Clinton. En sus últimos mítines, el ex presidente ha empezado a quejarse sobre una especie de conspiración contra su esposa, quien a su juicio no ha recibido el debido respeto como candidata presidencial. Reiterando el argumento de que el Partido Demócrata no puede prescindir de Hillary si quiere ganar la Casa Blanca en noviembre.

De puertas para dentro, Bill Clinton estaría argumentado entre sus amigos y la jerarquía del Partido Demócrata que una candidatura conjunta Obama-Hillary sería la mejor forma de cerrar las filas del Partido Demócrata y superar toda la mala sangre creada por cinco meses de reñidas primarias. El ex presidente también estaría insistiendo en que incluir a la ex primera dama en el «ticket» presidencial de este año sería la mejor forma para volver la carga en el 2012 o incluso el 2016.

De no lograr subirse al tren electoral de Obama, el retorno de Hillary Clinton a su escaño en el Senado se presenta bastante complicado. Ya que en los esquemas de poder de la Cámara Alta basados en la veteranía, ella realmente ocupa el número 36 entre 49 demócratas sin derecho todavía a presidir sobre comités relevantes. Con el agravante de que una mayoría de sus correligionarios en la colina del Capitolio se han decantado a favor de Barack Obama dentro de una pelea intrafamiliar que ha resultado mucho más larga, pública e intensa de lo habitual.

Limitadas posibilidades

Veteranos del Senado insisten en que después de la vertiginosa experiencia de una candidatura presidencial no es nada fácil retornar a la vida parlamentaria donde el estatus y el poder se obtienen a través de años o décadas de trabajo. Además, la opción de convertirse en la portavoz de su partido en la Cámara Alta parece también remota con la consolidación del actual equipo liderado por Harry Reid, senador demócrata por Nevada.

En las páginas del «Washington Post», antes de ser diagnosticado con un maligno tumor cerebral pero aprovechando su experiencia de haber retado hasta el final a Jimmy Carter, Edward Kennedy ha ofrecido el siguiente consejo: «Yo amaba el Senado antes de aspirar a presidente y tras perder creo que me convertí en un mejor senador, con mayor claridad y atención. Pero todo depende de la actitud, de la mente de cada persona. Hillary tiene gran capacidad pero la clave es saber lo que se quiere hacer con la experiencia».
Fuente:ABC.es internacional

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