miércoles, 21 de mayo de 2008

El petróleo, la energía y el crecimiento

Los negadores comienzan a aceptar la idea del “peak oil”. Aquella que desde Hubbert sostiene que el petróleo se acabará un día, y que hoy estamos en la pendiente descendente de la curva.

El mundo consume hoy 3 barriles por cada 1 que descubre. Es una ratio insostenible. Y los descubrimientos cada vez son mas fuertes en los diarios y medios de comunicación, y menos impactantes en la realidad.

El petróleo no se va a “acabar” en 10 años más ni tampoco se va a acabar a 200 dólares el barril. Posiblemente primero veamos quiebras de petroleras, esfuerzos ridículos (y violentos) por parte de gobiernos y un aumento sostenido de los precios que podrian rondar los 1000 o 2000 dólares el barril en una década. Siempre habrá algo de petróleo, pero tendremos que inventar otro paradigma energético.

El fin de la era del petróleo comenzará a ser evidente cuando tengamos que “pensar” muy bien antes de mover nuestro vehículo del garage. Cuando la decisión de ir al paseo del fin de semana incluya un abultado y lujoso presupuesto de combustible. Cuando el combustible cueste más o menos lo mismo que una botella de vino reserva de buena calidad (20-30 dólares).

Para eso, no falta mucho tiempo. Es algo que nosotros veremos en nuestra vida y algo con lo que convivirán nuestros hijos.

Los que pronostican correciones a la baja del petróleo en los próximos meses, esconden algun interés y se van a equivocar. La razón, es que sus modelos piensan a la energía como un costo de producción más, sólo uno mas entre otros como materias primas, mano de obra y costo del capital. Sin embargo, la energía es un determinante mucho más importante en la ecuación del crecimiento. La curva de precios del petróleo, ha marcado el camino del comportamiento del empleo y de las principales recesiones desde los años ‘30. No es un precio más.

El fin de la energía barata y el fin del impulso económico del Estado marcan el fin del ciclo de crecimiento virtuoso de la economía. Es tiempo de trabajar en el nuevo ciclo, pues al pasado, no volveremos.
Fuente: Fundación Sintesis

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