
El candidato republicano a la presidencia de EU no quiere caer en las preferencias estando a lado del presidente actual y de sus políticas
El candidato republicano a la Casa Blanca, John McCain, consciente de que la popularidad del presidente George W. Bush sigue cayendo hasta mínimos históricos, ha optado por distanciarse cada vez más de él y de sus políticas.
McCain, del mismo partido que el mandatario estadunidense, sabe muy bien que si no lo hace sus aspiraciones presidenciales podrían verse dañadas y ha tomado distancia de forma lenta pero segura en los últimos días.
Pero la clave está en alejarse de Bush sólo lo justo, es decir, para ganar la simpatía de los indecisos, independientes y algunos liberales pero sin perder el apoyo de la base conservadora.
Los demócratas también se han dado cuenta de las maniobras de McCain y han empezado a repetir una y otra vez que elegir al senador por Arizona sería como tener un tercer mandato de Bush. Y es que las políticas de ambos son bastante parecidas aunque el ex veterano de Vietnam intente ahora disimularlo. Sobre todo en Irak, donde McCain votó a favor de la invasión, apoyó el envío de 30 mil soldados más en enero de 2007 y no quiere oír hablar de un calendario para la retirada. Además, recientemente recibió el endorso de Bush. También apoya su política de bajar los impuestos.
No obstante, en los últimos días, el candidato republicano ha criticado a Bush tanto sobre Irak –en concreto en cómo manejó la invasión y las primeras etapas de la postguerra- como en su gestión del desastre del huracán Katrina que asoló Nueva Orleáns.
También ha criticado el "gasto fuera de control" de esta administración, mientras que en la polémica sobre el empleo de tortura o métodos extremos en los interrogatorios a sospechosos de terrorismo ha tomado una posición más neutra que la Casa Blanca. Por ejemplo, la semana pasada se cumplieron cinco años de aquella declaración de Bush de "misión cumplida" a bordo de un portaviones, que marcó lo que por entonces el presidente vendió como una clara victoria en Irak, lo que no ha sucedido. "Entonces creí que fue un error", dijo McCain el jueves, criticando las afirmaciones del gobierno de Bush de que la insurgencia iraquí iba a ser derrotada fácilmente.
Días antes, McCain sorprendió a muchos al calificar el liderazgo del presidente estadunidense como "desgraciado" durante la crisis de 2005. "Nunca más", prometió.
De la misma manera el senador por Arizona ha mostrado su apoyo a medidas para luchar contra el cambio climático a las que Bush se opone.
En varias encuestas de esta semana, el nivel de popularidad de Bush se situó en 27 por ciento y siete de cada 10 ciudadanos creen que el país va en la dirección equivocada. Más allá, en el sondeo de The Wall Street Journal el 43 por ciento de los entrevistados señalaron que "están bastante preocupados" de que McCain esté demasiado cerca de Bush.
Los expertos dicen que cuando un candidato está por suceder a un presidente cuyo nivel de aprobación es menor que el porcentaje de votos que necesita para ser elegido, "las matemáticas señalan que McCain necesita los votos de mucha gente de esa que desaprueba el trabajo de Bush", dijo el estratega republicano Whit Ayres.Stephen Hess, otro analista, señaló que "McCain está analizando las ventajas y los inconvenientes, como el resto de candidatos, y simplemente no ve demasiadas ventajas en estar demasiado cerca de Bush".
Fuente: Vanguardia
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