jueves, 16 de octubre de 2008

Ultimo debate presidencial

Aunque McCain hizo lo que tenía que hacer, es obvio que los que vieron el debate no les están dando importancia a los records de los candidatos y solo les interesa que los candidatos les digan que van a hacer por ellos y como van a solucionar la crisis económica.

McCain trató de abrirle los ojos a los votantes describiendo al verdadero Obama, ya sea señalando el record de Obama como senador estatal y en Washington, su partidismo, y su falta de experiencia.

Es muy importante que los votantes comparen el record de McCain con el de Obama. Pero cuando McCain señala el record liberal de Obama y lo poco que ha logrado como político, comparado con el record de él, la gente que miró el debate lo tomó como ataque negativo y reaccionó en contra de McCain.

La ironía es que al parecer para las personas que vieron el debate lo más importante es que los candidatos reciten una letanía de promesas, ya sea describiendo como van a solucionar la crisis económica, como van a recortar nuestros impuestos, proveernos seguro médico, arreglar nuestro sistema educacional, crear trabajos, y defender nuestra seguridad nacional. Pero no les importa si X candidato puede cumplir esas promesas o si su record político se ajusta a la clase de candidato que él quiere proyectar en los debates o anuncios político.

Mientras Obama se concentra en recitar una lista de promesas, McCain ha estado tratando de demostrarle a los votantes quien es el verdadero Obama y cuál sería el efecto negativo de todo lo que Obama promete. Pero los votantes siguen enfocados en Obama y el cambio que él representa, sea bueno o malo.

Obama es simplemente una ilusión a la cual los votantes se están aferrando como se aferraron con la de Jimmy Carter.

Esa ilusión me recuerda a la que se aferraron la mayoría de los compradores de casa y aquellos que refinanciaron sus propiedades, lo cual nos llevó a la grave crisis hipotecarias que hoy enfrentamos. Pues estaban tan ofuscados con sus nuevas casas o los miles de dólares que iban a recibir de sus capitales acumulados en sus propiedades, que no escuchaban ninguna de las explicaciones que se les daba respecto a los intereses y pagos que se irían acumulando cada mes, no querían leer las letras pequeñas del contrato, ni les importaban los pormenores de los términos de un préstamo hipotecario que al final les haría perder sus casas.

¡Lo único que les importaba era tomar posesión de sus casas nuevas, o recibir un cheque tan pronto firmaran el contrato de préstamo!

Obama es lo que los bancos hipotecarios llaman, un “teaser interest rate” o un índice de interés tentador. Esos intereses bajo (de hasta un 1.5%) que los bancos ofrecían para tentar a los compradores de casas y a los que refinanciaban sus préstamos hipotecarios, a meterse en casas más caras que las que podían comprar, o coger préstamos más altos de los que en un futuro muy difícilmente iban a poder pagar, una vez esos intereses tentadores fueran ajustados al índice del mercado después de 3 años.

Ojalá me equivoque con Obama si es que gana las elecciones. Pero estoy seguro que como pasó con el espejismo de Jimmy Carter, así pasaría con él cuando a los 4 años de su mandato nos suban los intereses y tengamos que pagar todos los pagos e intereses que se acumularon.

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